lunes, 11 de marzo de 2013

Objetivo del saber filosófico

Con relación a la Estructura de la filosofía y a la denominación de disciplinas filosóficas, no hay consenso. Existen muchos criterios al respecto.

Lo importante es analizar la especificidad del saber con que estamos operando para determinar su cualificación filosófica o no. Si refiere a problemas sustantivos del hombre en relación con la naturaleza y la sociedad y posee alto vuelo cosmovisivo y alta aprehensión cogitativa y valorativa, estamos en presencia del saber filosófico y estamos haciendo filosofía.

¿Quién puede negar la naturaleza filosófica de una visión integradora de la salud, de una aprehensión cultural y holística de ella en tanto sistema complejo? ¿O un bello poema que penetre en la subjetividad u objetividad del devenir humano?

El saber filosófico es integrador en su esencia, totalizador, abierto, complejo, cosmovisivo y cultural. Une en estrecha unidad conocimiento, valor, praxis y comunicación.

Su complejidad no está dada en su complicación como a veces se le interpreta, sino en su carácter unitivo de lo uno y lo múltiple, de lo diverso, en su carácter contextualizado, que es incluyente y no excluyente. La complejidad es intervinculación de todas las mediaciones, determinaciones y condicionamientos. Es negación del simplismo, la disyunción, el reduccionismo, el aislamiento y la simplicidad, en general.

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